Expedición a Quito

Jorge Juan Santacilia

Jorge Juan Santacilia nació en la finca familiar situada en el actual término municipal de Novelda, en Alicante (España), el 5 de enero de 1713. Huérfano a muy temprana edad, inició sus estudios primero en Alicante y después en Zaragoza. Por mediación de su tío, viajó a Malta ingresando en la Orden para ejercer de paje del Gran Maestre. Regresado de Malta, ingresó en la Escuela de Guardamarinas de la Armada donde recibiría instrucción en matemáticas, astronomía, navegación, esgrima y baile. Durante sus estudios participó en la Campaña de Orán y en la misión que acompañó al infante de Don Carlos (Futuro Carlos III de España) a Nápoles. Junto a su compañero Antonio de Ulloa, fue seleccionado para acompañar a la expedición francesa que se dirigiría a Quito para medir un grado de arco de meridiano en latitudes ecuatoriales en 1734. Tras diez años de trabajo, presentaría sus resultados en la Academia de Ciencias de París de la que llegaría a ser miembro.

Ascendido a Capitán de Navío, emprendió una delicada misión de espionaje en Inglaterra por encargo del Marqués de la Ensenada, que se había convertido en su mentor principal. En un período de la historia de nuestra Armada en que se hacía necesario acometer una intensa renovación, Jorge Juan, con una identidad falsa, cruzaría el Canal de la Mancha para obtener información sobre el método inglés de construcción naval. Allí organizó una pequeña red de espionaje que fue capaz incluso de llevar a España a destacados ingenieros y artesanos de construcción naval con sus familias enteras.

Jorge Juan Santacilia miembro electo de la Royal Society

Tras un período de intenso trabajo, tuvo que huir de Inglaterra, perseguido por la policía. A su vuelta a España, sería nombrado director de la Escuela de Guardamarinas, entidad que reformó en profundidad, tanto en sus planes de estudio como en el profesorado. No satisfecho con el sistema de construcción naval inglés, desarrolló uno propio que dotaba a los buques de una mayor velocidad y maniobrabilidad. Algunos oficiales de la Armada inglesa, es el caso del almirante Howard, tuvieron ocasión de admirar las soluciones implementadas por Jorge Juan. Finalmente Jorge Juan sería elegido miembro de la Royal Society en 1749. En la década de 1750, acometería la reforma de los arsenales de Cartagena y Cádiz para intentar adaptarlos a los nuevos diseños.

Dotado de un poderoso ingenio, le fue encomendada la reforma de la explotación minera de Almadén para la extracción de mercurio. Dotó a las galerías de un nuevo sistema de ventilación, redujo las jornadas de trabajo e instauró nuevas medidas de seguridad. Fundará también, por encargo de Carlos III, el Real Observatorio de Madrid e impulsa la dotación a la Escuela de Guardamarinas de un observatorio astronómico propio que acabaría por ser una realidad de la mano del Marqués de Ureña, que crea el Real Observatorio de la Armada en San Fernando, Cádiz.

Siendo ya jefe de escuadra de la Armada Real, en 1767 se le encomienda una misión diplomática en calidad de Embajador Extraordinario ante la corte de Marruecos. La misión culminaría con la firma de un tratado, que daba cumplimiento al deseo de ambos monarcas de establecer una paz que permitiera la navegación segura por las rutas comerciales, y por nuestro lado la liberación de una parte de nuestra flota destinada al Mediterráneo para que pudiera realizar tareas de protección en la ruta a las Indias (1).

Cumplida su misión en Marruecos, y tras la expulsión de los jesuitas, le fue encomendada la dirección del Seminario de Nobles de Madrid al que aportaría toda su experiencia científica y de organización docente.

Finalmente, en sus últimos años, trabajaría en la preparación metodológica de la expedición española que ayudaría a determinar la distancia entre la Tierra y el Sol, mediante el método del paralaje de Edmund Halley. Se trataba básicamente de observar el tránsito de Venus sobre la superficie del Sol desde dos puntos distantes de la Tierra de los que se conoce su distancia (2).

Aquejado ya de importantes problemas de salud, Jorge Juan, fallecería en Madrid el 21 de junio de 1773.

(1) Véase el trabajo del profesor Vicente Rodríguez Casado «Jorge Juan en la Corte de Marruecos«

(2) Las posiciones distantes ofrecerán los laterales de un primer triángulo con vértice en Venus y base conocida. Prolongando los laterales hasta los límites de la circunferencia del Sol obtenemos un segundo triángulo semejante al primero cuya base sería el diámetro del Sol. Teniendo en cuenta que por la tercera ley de Kepler se conocen las distancias relativas de la Tierra a Venus y de Venus al Sol, podemos obtener el valor absoluto de ese diámetro. Conocido este valor, se debe observar el Sol para determinar un triángulo rectángulo cuya base partirá desde el centro del astro rey hasta su límite exterior, sería de valor la mitad del diámetro. Como también podemos medir desde la Tierra el ángulo entre el centro y el límite del Sol podemos calcular la tangente y obtener el valor de la distancia entre el observador y el centro del Sol.